El 65% de los españoles confirma una falta de capacidades profesionales

El mercado laboral español parece mostrar síntomas de recuperación. Ante esta nituación, la plataforma de formación Udemy a elaborado un estudio realizado entre más de 1.000 profesionales españoles para valorar las carencias de capacidades en el mundo laboral.

A los profesionales que residen en España se les ha conultado sobre las carencias existentes en su capcitación. Además, también se les ha preguntado sobre las habilidades más valoradas para cambiar esta situación y la forma de conseguirlo.

El 65% de los profesionales preguntados confirma que existen carencias en la capacitación de muchos trabajadores. A este respecto, llama la atención que únicamente el 57% reconoce que esta carencia les afecta de manera directa. Dentro de estos porcentajes, las generaciones de trabajadores más procupadas por la situación son, en primer lugar los trabajadores entre 36 y 52 años, seguidos por los Millennials.

Otro dato significativo es como el 85% de los encuestados piensa que sus capacidades profesionales están por encima o en la media del mercado. En este sentido, la mayoría de trabajadores españoles admite que existe un déficit en cuanto a capacidades profesionales pero a título personal se consideran bien formados y preparados.

Por otro lado, 3 de cada 5 encuestados cree que el mercado laboral español es competitivo. Esto repercute directamente sobre las expectativas profesionales de los españoles. A este respecto, tras la crisis económica, un 60% afirma tener menos oportunidades de crecimiento que otras generaciones.

Con el objetivo de mejorar la competitividad, la formación se erige como un elemento clave. Tras preguntar a los encuestados sobre las capacidades más valoradas en la actualidad, sus respuestas fueron: 

1.Habilidades interpersonales

2.Habilidades de comunicación

3.Creatividad.

Finalmente y en cuanto a las áreas a mejorar dentro de las capacidades profesionales, la mayoría de los participantes contestaron en primer lugar la productividad, seguido de las habilidades sociales. 

Fuente: El Economista